miércoles

Corazón salvaje

De las estrellas que admiré, mojadas por ríos y rocíos diferentes,
yo no escogí sino la que yo amaba y desde entonces duermo con la noche.

De la ola, una ola y otra ola, verde mar, verde frío, rama verde,
yo no escogí sino una sola ola: la ola indivisible de tu cuerpo.

Todas las gotas, todas las raíces, todos los hilos de la luz vinieron,
me vinieron a ver tarde o temprano.
Yo quise para mí tu cabellera.
Y de todos los dones de mi patria sólo escogí tu corazón salvaje.

P. Neruda

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